El té Blanco
El té blanco conocido como el té de la belleza por su alto contenido en antioxidantes.
Su alto contenido en antioxidantes se debe al poco proceso que se realiza una una vez cosechado, conservando así mucho mejor sus propiedades. Cada variedad de té (té blanco, té verde, té azul, té rojo y té negro), tiene un proceso distinto después del secado y eso es lo que le confiere unas o otras propiedades.
¿Cómo se obtiene el té blanco?
El té blanco se produce a partir de las yemas tiernas de la planta, cuando aún conservan la pelusa que las recubren. Se cosecha por la mañana, ya que es el momento del día en que la planta contiene mayor cantidad de polifenoles.
Posteriormente proceden a secar las hojas de té al sol. De esta manera el té blanco mantiene la hoja casi completa.
Es por este motivo, que cuando vamos a comprar a granel un té blanco, este ocupa mucho más volumen que un té negro, pues la hoja está casi entera, ya que no es triturada ni sometida a procesos que puedan hacer variar mucho la forma de su hoja y su brote.
Color y sabor de un té blanco
Debido a sus procesos cada té (hablamos de un té puro, sin aromas sintéticas, ni otros añadidos ) tiene un sabor y un color distinto.
El té blanco tienen un color entre amarillo pálido y dorado y es el que menos cantidad de teína contiene de todos los tés.
Deja una sensación sedosa en los labios, parecido a esa sensación de vaselina en los labios, para que te hagas una idea. Resulta muy ligero y suave de sabor, realmente agradable.
Distintas calidades de té blanco
Dentro del té blanco, existen distintos grados de calidad.
El Silver Needles, por ejemplo, es un té blanco compuesto únicamente de brotes sin abrir. Su aspecto se asemeja a agujas plateadas, de aquí su nombre.
Otro conocido es el té blanco Pai Mu Tan, formado por dos hojas y brote.
Existen también opciones aromatizadas con jazmín, frutas…
Como ves, según que hoja se utilicé tiene una calidad o otra. Si te interesa saber más, aquí lo entenderás mucho mejor.
Lo realmente importante del té blanco
Debido a su escaso proceso después de su cosecha, nos encontramos frente a un té muy rico en antioxidantes. Los antioxidantes, son muy sensibles a la temperatura y de deterioran rápido.
Por eso es primordial prepararnos el té con la temperatura de agua adecuada para no echar a perder todos sus beneficios en el último momento.
Es curioso, pero muchas personas no saben esto y es un punto, el de la temperatura y el tiempo de infusionarse el té, muy pero muy importante.
Ya que si no, algunos pierden propiedades, como en el caso del té blanco y otros dan astringencia y se vuelven amargos, como el té verde.
Como preparar nuestro té blanco
La temperatura ideal a la hora de calentar el agua en el hervidor es de 60º, en el caso del té blanco. Y lo dejaremos infusionar, siempre tapado, para no perder matices, 3 minutos.
Si quieres saber qué temperatura, cuantos minutos de infusión, etc, necesita cada té, puedes descargarte esta tabla que realicé que es práctica tenerla a mano.
Algunos tés de alta calidad son reinfusionables y los tiempos pueden variar, pero son excepciones escasas.
Es un té que se aconseja tomar solo sin mezclar con leche, ya que su cuerpo es sutil. Se puede tomar caliente y frío, con o sin hielo y agregar alguna flor como el jazmín o la rosa para que le de un toque diferente. Delicioso para acompañar con unas galletas y/o tomarlo bien frío con fresas o trocitos de melocotón.
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